martes, 29 de marzo de 2016

DESEO QUE AMES Y SENTIRTE AMADA*

 
Mi amor, primero deseo que ames y que amando seas amada. De no ser así, que seas breve en olvidar y después de olvidar, no guardes rencor, espero que no sea así, pero si así es, que sepas ser sin desesperar.
Deseo también que tengas amigos, y que algunos sean malos e inconsecuentes, que sean fieles y valientes, que por lo menos haya uno en quién tú puedas confiar sin dudar.
También te deseo que tengas enemigos. Que no ni muchos ni pocos, que sean en la medida exacta que lo necesitas para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas, además de que entre ellos, haya por lo menos, uno que sea justo, para que no te sientas demasiado segura.
Te deseo además que seas útil, más no insustituible, y que en los momentos malos, cuando no te quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Así también te deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso seria fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, porque sólo haciendo buen uso de esa tolerancia, servirás de ejemplo a otros.
Te deseo que teniendo la edad que tienes, no madures demasiado a prisa, porque si ya siendo madura, no insistas en rejuvenecer, y así siendo vieja, no te dediques al desespero porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que influyan entre nosotros.
Y de paso te deseo que  te pongas triste, no todo el año, sino apenas un día, pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Deseo que descubras con urgencia máxima y por encima y a pesar de todo, a esos seres que existen y que te rodean, seres oprimidos o tratados con injusticia hasta convertirlos en personas infelices.
Deseo que acaricies un gato, que alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, te sentirás bien por nada.
También deseo que plantes una semilla, por más minúscula que sea, la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol.
Deseo además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico, por lo menos una vez por año, pongas algo de ese dinero frente a ti y digas: "Esto es mío", sólo para que quede claro quién es la dueña de quién.
Deseo que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, que puedas llorar sin lamentarte y si has de sufrir que lo hagas sin sentirte culpable.
Y finalmente deseo para ti un buen hombre que mañana y al día siguiente, cuando estén exhaustos y sonrientes, hablen sobre el amor para volver a comenzar a vivir y amarse cómo lo hicieron al principio de conocerse.
Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte,
por lo tanto, sólo puedo ver el alto grado de felicidad que vivirás.

El amor no servir en persona a quién se ama, sino dejarlo en libertad para que sea feliz con quien ama...
Carlos de León
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